Para celebrar al santo patrono en los municipios de Valdigne se realiza la “Badoche”, cuyos orígenes podrían remontarse a las celebraciones iniciáticas típicas de poblaciones primitivas como los celtas.
El rito es protagonizado por un grupo de jóvenes hombres y mujeres no casados, vestidos con trajes tradicionales. El primer “badocher”, que dirige al grupo, lleva en la mano un plato decorado con flores y cintas, con un postre o una manzana en el centro, que sirve para recoger las ofrendas; otro “badocher” lleva la tradicional alabarda, bastón coronado por flores y decorado con cintas de colores, símbolo de poder. En vísperas de la fiesta, la “badoche” lleva la alegría y la música de los acordeones a todas las viviendas del pueblo, anunciando la fiesta y recogiendo dinero; antiguamente el dinero se utilizaba para la organización, pero hoy se dona a distintas asociaciones necesitadas de ayuda. El día de la fiesta patronal se realizan los tradicionales “bailes de plaza”, donde la “badoche” invita a la población a bailar siguiendo una secuencia bien precisa. Las fiestas patronales luego continúan con una propuesta de platos típicos de la tradición valdostana y un pabellón para el baile.