Un derroche de colores, sonidos y sabores de la tradición, que se mezcla con un alma actual, irónica y muchas veces irreverente: así es el Carnaval a los pies del Mont Blanc o mejor dicho lo Camentran que significa “entrar en Cuaresma”.
El martes de Carnaval, “lo Vioù e la Viéille” de cada aldea, que son las máscaras de la vieja y el viejo, recorren el pueblo anunciando la llegada del Carnaval con el sonido de cencerros mientras las calles se esparce un muy buen aroma de “seuppa”, la sopa típica que se distribuye en la Plaza Abbé Henry a la hora del almuerzo con queso fontina, salchichas y pan negro.

Diversión, alegría y ligereza para todos.

Por la tarde el alegre grupo de “Beuffon”, el colorido ejército que tiene la tarea de mantener el orden durante la fiesta, invade las calles del centro, acompañando el desfile de carrozas alegóricas, cuyos temas están inspirados en eventos locales del año. Después del desfile merienda para los más pequeños con animación y premios para las carrozas.

• Fiesta tradicional con carrozas alegóricas
• Apto para adultos y niños
• Máscaras típicas
• Comida simple y genuina