El Giro de Italia vuelve al Valle de Aosta el domingo 22 de mayo.

La etapa Rivarolo Canavese-Cogne con 177 kilómetros de recorrido será, sin lugar a dudas, una de las más duras, con 4.030 metros de desnivel y tres grandes premios de montaña. Los corredores deberán hacer frente a las metas de Pila-LesFleurs (1.421 m), de Verrogne (1.582 m) y finalmente de Cogne (1.534 m).

Las etapas de montaña del Giro de Italia ponen a prueba a los mejores escaladores del mundo, que, por tradición, son casi los únicos que consiguen ganar la Corsa Rosa. De hecho, tienen una pendiente media muy alta (con picos que a veces superan el 20%) lo que las hace diferentes a las etapas del Tour de France y extremadamente duras.

Esta 15ª etapa presenta un kilometraje de maratón con subidas y bajadas realmente traicioneras las cuales reservan no pocas sorpresas.

Superado el tramo piamontés, la etapa continúa en las vaguadas valdostanas, entre castillos y espléndidos panoramas alpinos.

Pero las dificultades de la etapa se concentran en los últimos 80 kilómetros, de los cuales más de 46 son todos en subida. Una primera escalada a Pila-LesFleurs (para la ocasión, la telecabina Aosta-Pila está abierta de 9.00 a 17.30 horas), luego el descenso a Aymavilles, otro empinado ascenso a Verrogne para luego descender a Saint-Pierre y llegar de nuevo a Aymavilles antes del último esfuerzo en dirección a Cogne donde el Gran Paradiso espera majestuosamente la llegada de los corredores.

El Giro no pasaba por Cogne desde 1985 cuando llegó a Valnontey, en el corazón del Parque Nacional Gran Paradiso , el cual ganó el americano Andrew Hampsten.

La llegada a la espléndida localidad de Lillaz, conocida por sus espectaculares cascadas, será la mejor manera de celebrar el centenario del Parque Nacional Gran Paradiso .