Una barma es una protuberancia en la roca, es el “refugio” donde se introduce cuando se encuentra un temporal en la montaña. Un montañés sabe siempre donde y a cuanta distancia encontrar una, sabe que debajo podrá encontrar ramas o hierba seca con la que podrá encender un fuego para calentarse.
Las barmas están semi-escondidas: una grieta, una hendidura en la roca o sólo un gran guijarro.
“Drolo” significa extraño: no exactamente aquello que se espera. Pero se refiere también a una persona “difícil”, oscura. Aquí, en este lugar, la barma es una especie de árbol vacío, “uno de esos árboles en el que se puede meter para observar la nieve que cae sobre la otra nieve, capa por capa”. Así, las habitaciones se convierten en: pino cembro, abeto del norte, pino silvestre, cerezo, alerces y alisos.