Peaje de la autopista de Châtillon; después, continuar por la carretera estatal 406 del Valtournenche, que hay que recorrer hasta el final, en Breuil-Cervinia.

El Cervino es la montaña por excelencia, la que los niños dibujan con forma de pirámide en una hoja de papel. Su perfil es inconfundible y su imagen resulta reconocible en todo el mundo.

Hay dos vías habituales para subir a la cumbre, ambas reservadas a los alpinistas: la italiana discurre por la Cresta del Leone y utiliza como base la Cabaña Carrel, situada en la cresta, a más de 3800 metros de altitud.

Primer día
Desde Breuil, recorrer la larga carretera de tierra que lleva al Oriondé, donde se encuentra el Refugio Duca degli Abruzzi (servicio de taxi disponible). Al final de la carretera, enfilar el sendero que lleva a la Cruz Carrel, en la que se termina la señalización regional.
A continuación, hay que tomar como referencia los signos rojos y de piedra que indican la carretera del Colle del Leone, pasando por un pequeño canal que da acceso a las escarpadas pendientes que están bajo la Testa del Leone. A partir del paso, el recorrido está indicado por una serie de cuerdas fijas que llevan a la Cabaña Carrel (3835 m).

Segundo día
Desde el refugio, franquear un suave tramo de cresta que lleva inmediatamente a la primera cuerda fija (Corda della Sveglia), gracias a la cual se puede superar una hermosa placa acabada en un techo.
La ruta lleva a la orilla meridional de la Gran Torre sin pasar por su pico, recorriendo bloques de placas y muelas aéreas en dirección a la derecha; remontar un pequeño valle rocoso y atravesar el profundo Vallon des Glaçons hasta llegar, sin apartarse de las cuerdas fijas de la izquierda, a la terraza que está encima.
Al terminar las cuerdas fijas, desplazarse horizontalmente hacia la derecha, en dirección a un estrecho paso horizontal entre dos rocas que da acceso a un hermoso camino de 25 metros que hay que subir con la ayuda de una cuerda fija.
A continuación viene un tramo horizontal hacia la derecha por muelas protegidas por fix. La ruta llega después a las inmediaciones de la muela del Mauvais Pas, que da acceso al llamado Rocher des Ecritures.
Llegar a un nevero, el Linceul, y remontarlo por el borde izquierdo. Un poco más arriba, la Gran Cuerda, de unos treinta metros de largo, permite remontar una escarpada pared.
A continuación, seguir la línea de cresta que lleva al Pic Tyndall. Un tramo horizontal que termina con un profundo valle (L’Enjambée): atravesarlo y alcanzar la pirámide de la cima del Cervino, donde la cresta vuelve a ser ancha y accesible.
Llegar a la base de la Testa del Cervino y seguir las cuerdas fijas que llevan a la célebre Escalera Jordan. Esta escalera de cuerda permite franquear un muro saliente al que sigue un nuevo tramo con cuerdas fijas que terminan a pocos metros de la cruz de la cima italiana.

Bajada por el itinerario de subida.

La actividad requiere experiencia de alta montaña y es aconsejable ir acompañado por un guía alpino.