En Châtillon se abre el Valtournenche, espléndido valle alpino que termina con el Monte Cervino, la montaña por excelencia que no se puede comparar con ningún otro monte.

"El más noble escollo  de Europa", según la definición del escritor y poeta inglés John Ruskin, o "la Gran Becca" (el Gran Pico), como lo llaman confidencialmente los habitantes del valle, aparece, encuadrado por las laderas del valle, ya desde Antey-Saint-André, primer centro habitado del valle, óptima estación climática situada en una posición soleada y protegida de los vientos.

Los otros municipios se asoman al surco del valle central, sobre bellas balconadas llanas. Torgnon y La Magdeleine, situados uno frente al otro, son antiguos burgos con numerosas pedanías que conservan la característica arquitectura alpina.

Desde Torgnon, a través del paso Saint Pantaléon, punto panorámico para admirar el valle y el Cervino, se puede descender hacia los pueblos de Verrayes y Saint Denis y alcanzar el valle central.

Chamois (Perla de los Alpes) rechaza todavía hoy la llegada de la carretera transitable y se puede llegar sólo con un teleférico o con un cómodo paseo desde el pueblo de La Magdeleine o desde Valtournenche.

Valtournenche es la patria de los guías alpinos del Cervino y de muchos personajes ilustres del Valle de Aosta, y en su territorio cuenta con la famosa localidad de Breuil-Cervinia, una de las áreas de esquí más extensas de los Alpes.