Carnavales de Coumba Freida
En el valle del Gran San Bernardo hay carnavales llenos de misterio, de historia y de mucha extravagancia
Las corrientes de aire heladas que soplan en el Valle del Gran San Bernardo han adquirido el sobrenombre de “Coumba Freida”.
Sin embargo, en febrero, el frío y el hielo se atenúan con la calidez y la pasión de quienes se dedican a organizar el carnaval más curioso de Valle d’Aosta. Se llevan los trajes típicos de los soldados que seguían a Napoleón en mayo de 1800.
Una versión fantasiosa sugiere que el carnaval nació con ocasión de una boda entre dos simplones algo ancianos. Los habitantes del pueblo habían decidido festejarlos y divertirse (como solían hacer para todas las bodas), pero les daba vergüenza presentarse en la iglesia con sus trajes de domingo y decidieron llevar vestidos poco comunes.
Las landzette, extraños y en cierta forma inquietantes disfraces de este carnaval, consisten en sombreros y trajes coloridos que recuerdan los uniformes napoleónicos. Son costosos y están confeccionados íntegramente a mano y adornados con cuentas, lentejuelas y espejillos, para reflejar la luz y alejar las fuerzas malignas.
Los rostros se cubren con máscaras que antiguamente eran de madera; en la mano se lleva la crin de una cola de caballo y en la cintura un cinturón con campanilla. Estos elementos son interpretados por los antropólogos como instrumentos simbólicos para ahuyentar a los espíritus adversos.
Todos los municipios del valle del Gran San Bernardo tienen costumbres similares, con variantes más o menos importantes.
Estos extravagantes carnavales son llenos de misterio y de historia, y esto los hace dignos de conocer.